Especiales

Sesiones particulares incorporando bloques y modificaciones para poblaciones con necesidades especiales o alguna patología.

Cada vez son más los grupos especiales que se benefician de los servicios de un entrenador personal del método Pilates.

Es el caso de la gente con problemas osteoarticulares, con alteraciones de espalda y los que sufren lesiones por malas posturas o movimientos repetitivos.

Asimismo, las mujeres embarazadas o las que acaban de dar a luz. El método Pilates les ayuda a dormir mejor, a no engordar demasiado, a recuperar antes la silueta y a evitar trastornos del posparto como la incontinencia urinaria o la lumbalgia.

Son llamativos los progresos que Pilates puede alcanzar trabajando con afectados por enfermedades que provocan espasticidad (rigidez y contracturación constante de músculos y tendones) o deterioro neuromuscular tales como la esclerosis múltiple, la paraparesia espástica o algunas distrofias.

Es obvio que el Pilates no curará la enfermedad de base, pero la práctica del ejercicio supervisado contribuye a frenar el deterioro de estas personas y a mantener una buena calidad de vida.

Los ancianos, por ejemplo, se ven especialmente beneficiados. Alejarse del sedentarismo realizando actividades que no impliquen peligro de caerse o hacerse daño contribuye decisivamente a que estos individuos conserven autonomía e, incluso, recuperen parte de la que hayan podido perder.

Personas con visión reducida o incluso invidentes, descubren que tienen la posibilidad de mantenerse en forma. Gracias a ello han ganado seguridad y autoconfianza para desenvolverse en su vida diaria.